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El Sistema Inmunológico y las Epidemias | VidaBirdman

El Sistema Inmunológico y las Epidemias

El Sistema Inmunológico y las Epidemias

Brotes Epidemiológicos y el Sistema Inmunológico

Los brotes epidemiológicos han sido parte de la historia de la humanidad desde que existimos, y por lo tanto, nos ha tocado presenciar desde pestes localizadas, hasta pandemias de extensiones masivas y consecuencias catastróficas.
El Coronavirus no es la primera pandemia que ha azotado a la humanidad, y según lógica matemática y evidencia histórica no será la última. A pesar de esto, según evidencia científica e histórica, la humanidad siempre se ha sabido adaptar, ha evolucionado y logrado prevalecer a pesar de todas estas dificultades.
Tanto la medicina como nuestra alimentación son factores de gran importancia que han ido evolucionando y mutando con el tiempo, tanto como nuestros tiempos requieren. Y por lo tanto, tenemos que tener una consciencia sobre estos cambios, saber de dónde partimos y hacia donde nos estamos dirigiendo, así como saber qué decisiones estamos tomando ahora con respecto a nuestro propio cuerpo.
Digamos que nuestro cuerpo enfermo es como un castillo siendo asediado. Debemos tener agentes de defensa tanto afuera como dentro del castillo; la prevención interna y la externa son igual de importantes.
Entonces, es nuestra responsabilidad saber qué le estamos dando a nuestro cuerpo ahora para que funcione correctamente y nos defienda de cualquier ataque a nuestra salud. Aquí te diremos cómo puedes reforzar tu sistema inmunológico.

 

¿Qué puedo hacer para protegerme?

Para poder atacar un agente peligroso, el sistema inmune debe tener los elementos necesarios para resistir, y las proteínas son una parte esencial de estos elementos. Las proteínas producidas por medio del metabolismo son las proteínas “chaperonas” que ayudan a las Proteínas de Choque Térmico (que se activan durante periodos de estrés, HSP por sus siglas en inglés) a activar a los macrófagos y linfocitos (1), quienes son los agentes principales del sistema inmunológico.
El alimento es el combustible esencial para nuestra existencia, no sólo para obtener placer al comer. Desde que llega a nuestras entrañas, nuestro cuerpo se encarga de descomponer esos alimentos y llevar los nutrientes y la energía que cargan hacia donde el cuerpo lo requiera. Necesitamos proveer a nuestro cuerpo de las proteínas, vitaminas, minerales, ácidos, grasas, etc. que requiera para poder movernos, pensar, y claro, tener un sistema de defensas resistente y óptimo.
Comer bien, cubrir con los requerimientos diarios de todos los nutrientes que necesitamos y mantener un estilo de vida sano es la mejor forma de ayudar a nuestro cuerpo a defenderse y reforzar tu sistema inmune.

 

El Metabolismo y el Sistema Inmune

Es un hecho que los factores que influencian al metabolismo también afectan al sistema inmunológico (2). Un metabolismo en óptimas condiciones regula bien la energía, asegura que funcionen adecuadamente nuestros órganos y mantiene al sistema inmune alerta. Aunque no estudiemos estos fenómenos con un ojo científico, sabemos que los alimentos que decidimos consumir nos ayudan en mayor o menor medida a sobrellevar la enfermedad; por ejemplo sabemos qué comer y qué tomar cuando estamos enfermos del estómago o de una gripe porque nuestros padres o abuelos nos pasaron ese conocimiento casi ancestral adquirido por nuestros antepasados.
Pero es también una realidad que muchas personas no tienen los conocimientos para hacerlo o simplemente la costumbre de mantener un estilo de vida sano que los aleje de la necesidad de remedios caseros de emergencia.
Como mencionamos antes, mantener unas buenas defensas implica un esfuerzo constante y prolongado, y romper con costumbres y hábitos dañinos que minan constantemente cualquier avance que tengamos.
La mala alimentación, el sedentarismo y la obesidad son factores de riesgo, no sólo porque ralentizan el metabolismo y promueven la aparición de enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2, sino que también afectan la respuesta del sistema inmunológico (3), y las personas que las padecen son blancos principales de contagio en una epidemia. Sin embargo, también la desnutrición, el tabaquismo, el alcoholismo y la deficiencia de nutrientes importantes para el correcto funcionamiento del sistema inmune o el exceso de estos influyen directamente en la respuesta inmunológica (5), y la gente que los padece son también blancos de contagio importantes.

Consumir productos de origen animal y el riesgo epidemiológico

Como es bien sabido, el consumir carnes rojas y procesadas regularmente eleva los niveles de colesterol y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal, lo cual aumenta las posibilidades de contagio epidemiológico, pero no es el único riesgo (9). También el consumo de carne aumenta el riesgo de contraer el virus de la Hepatitis E (11), y se ha demostrado que los virus que afectan a los bovinos se transmiten via la carne infectada y la leche destinadas al consumo humano y la comercialización en masa (13).
Comer carnes, pescados, mariscos, cangrejos y moluscos crudos, medio cocidos, ahumados, deshidratados o en vinagre también promueve el contraer enfermedades causadas por bacterias y parásitos (10).
Además, se ha encontrado que en la carne de las aves se pueden transmitir un puñado de virus que van desde el Gyrovirus (12) hasta H5N1 (gripe aviar) (14) y muchos otros virus de Influenza.
Los humanos actualmente consumimos proteínas y grasas animales aunque no sean esenciales para nuestras dietas, por razones que van desde la costumbre hasta sólo el gusto, pero es importante saber que el consumo de estos productos acarrea riesgos importantes a nuestra salud (15), y que todos los beneficios que se pudieran hallar en el consumo de productos de origen animal se pueden encontrar fácilmente en una dieta basada en plantas.

¿Qué alimentos de origen vegetal podrían ayudarme a elevar mis defensas?

Los nutrientes que se requieren para que el sistema inmune pueda funcionar correctamente incluyen aminoácidos esenciales, omega 6, vitamina A, ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina E, zinc, cobre, hierro y selenio. Todos estos nutrientes, a excepción del selenio, ¡los puedes encontrar en Peacock! Además, puedes consumir los siguientes alimentos de origen vegetal:

  • Proteínas vegetales: Como dijimos antes, las proteínas que provienen de los alimentos que consumimos tienen una función fundamental para activar una pronta respuesta en nuestro sistema inmune. Además de esto, promueven a la maduración del sistema inmune tanto local como sistemáticamente (4), lo cual quiere decir que el consumo de proteínas de fácil digestión es recomendada para infantes en crecimiento.
  • Aceite de Cártamo: El aceite de cártamo es rico en Omega 6 y prostagladinas, las cuales son moléculas lipídicas que regulan la respuesta inmunológica y la inflamación. Además, cumplen un rol importante en la progresión del cáncer (6) y ha abierto las puertas a desarrollar nuevas terapias enfocadas en la modulación inmunológica.
  • Camote: Es delicioso en todas sus variantes, pero el camote no sólo es abundante en vitamina A y antioxidantes, también es muy beneficioso en la prevención y cuidado de la diabetes aumentando la actividad inmunológica (7)
  • Espinaca: Rica en antioxidantes, carotenos (vitamina A), hierro y folatos (ácido fólico), la espinaca ayuda a aumentar la respuesta inmunológica adaptativa activando a los macrófagos (8), quienes son las células encargadas de “comerse” a los agentes externos y separar sus compuestos para estudiarlos y que el cuerpo pueda crear una respuesta acorde al agente invasor.
  • Plátano: El plátano no sólo es versátil, te llena de energía y es rico en potasio, antioxidantes, y vitamina A, C y D. También es una fuente alta de vitamina B6, la cual ayuda al sistema inmune y promueve la salud cerebral y cardiovascular (16)
  • Alimentos enriquecidos con B12: Todas las vitaminas del complejo B son importantes para el proceso del metabolismo de proteínas, ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema nervioso central. Sin embargo, el consumo de vitamina B12 en particular es de gran importancia para las personas que llevan una dieta a base de plantas, dado que es un nutriente que es difícil de encontrar en grandes cantidades en el mundo vegetal. Afortunadamente ya existen en el mercado alimentos enriquecidos con esta importante vitamina, como la levadura nutricional, además de suplementos de origen vegetal como Peacock y Parrot.
  • Cereales: Ya les comentamos antes que una buena flora intestinal está ligada estrechamente con un buen metabolismo, y los cereales representan una gran ayuda para este proceso. Actualmente se están popularizando los alimentos fermentados con probióticos a base de cereales, los cuales son beneficiosos no sólo para nuestro humor y flora intestinal, sino también para el sistema inmunológico debilitado por el uso de antibióticos (17).
  • Nueces: Ricas en selenio, zinc, cobre, hierro, ácido fólico y vitamina E, son energéticos y reducen el riesgo de enfermedades coronarias (18). No hace falta decir más, las nueces son una adición imprescindible a nuestra dieta.
  • Guayaba: Sorprendentemente, la guayaba vence a los cítricos y los a los chiles en cuanto a vitamina C se refiere. Es de conocimiento general que consumir vitamina C nos ayuda a dejar de ser blancos fáciles para los resfriados y la ingesta de alimentos ricos en este micronutriente es esencial. Pero realmente no sabemos la relevancia que este potente antioxidante tiene en cuanto al sistema inmune y todo lo que este ayuda a regular. Para empezar, ayuda al sistema inmune innato y adaptativo, respalda la función de la barrera epitelial contra los patógenos, se acumula en las células fagocíticas y mejora la quimiotaxis, la fagocitosis y la muerte microbiana (19)
  • Aceite de Girasol: Perfecto para usarlo en ensaladas, el aceite de girasol contiene omega 6 y grandes concentraciones de vitamina E, la cual, como sabemos, es un excelente antioxidante, y también ayuda a mantener el sistema inmunitario, ya que grandes concentraciones de esta se encuentrna en la membrana de las células inmunitarias, y la falta de ella ralentiza la reacción del sistema inmunológico ante los agentes externos. (20)
  • Semillas de Calabaza: Altas en zinc, el cual está complejamente ligado a que el sistema inmune funcione correctamente y afecta directamente la producción, maduración y función de los leucocitos (21)
  • Leguminosas: Además de ser buena fuente de fibra, ácido fólico, magnesio y proteínas vegetales, las leguminosas son ricas en cobre. Con seguridad muy pocas personas habrían podido pensar en que el cobre sería de gran importancia en nuestra dieta, y sin embargo, lo es. La utilización del cobre para uso medicinal data desde los egipcios y los chinos, y lo usaban para tratar enfermedades varias. Ahora sabemos que ayuda a catalizar diversas proteínas en el sistema inmunológico y se aloja en las mitocondrias junto con el hierro. (22)


En conclusión

Preparar nuestro cuerpo a resistir cualquier ataque externo empieza desde adentro, desde la dieta y el cuidado a nuestro organismo. Rechazar cualquier alimento que vaya a afectar nuestra salud, y hacernos análisis clínicos con regularidad para averiguar si se tenemos algún tipo de deficiencia que se tenga que cubrir harán gran diferencia en cómo vivimos. Para dar el paso a un estilo de vida saludable se tienen que hacer algunos sacrificios, pero la resistencia y la longevidad que adquiramos para permanecer junto a nuestros seres queridos más tiempo será nuestra mayor recompensa. Con esta información, esperamos que puedas tomar medidas para reforzar tu sistema inmune o inmunológico y te sientas mejor paradx ante situaciones como la que actualmente vivimos.

Recuerda que si buscas un suplemento que te ayude a nutrirte mejor, tenemos dos que pueden ayudarte: Parrot Greens & Protein y Peacock Plant Meal, ¡puedes leer más sobre ellos haciendo click en los enlaces o en el botón de abajo!

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Bibliografía:

  1. Tsan, M. F., & Gao, B. (2009). Heat shock proteins and immune system. Journal of leukocyte biology, 85(6), 905-910.
  2. Matarese, G., & La Cava, A. (2004). The intricate interface between immune system and metabolism. Trends in immunology, 25(4), 193-200.
  3. Osborn, O., & Olefsky, J. M. (2012). The cellular and signaling networks linking the immune system and metabolism in disease. Nature medicine, 18(3), 363.
  4. da Silva Menezes, J., de Sousa Mucida, D., Cara, D. C., Alvarez?Leite, J. I., Russo, M., Vaz, N. M., & de Faria, A. M. C. (2003). Stimulation by food proteins plays a critical role in the maturation of the immune system. International immunology, 15(3), 447-455.
  5. Calder, P. C., & Kew, S. (2002). The immune system: a target for functional foods?. British Journal of Nutrition, 88(S2), S165-S176.
  6. Harris, S. G., Padilla, J., Koumas, L., Ray, D., & Phipps, R. P. (2002). Prostaglandins as modulators of immunity. Trends in immunology, 23(3), 144-150.
  7. Miyazaki, Y., Kusano, S., Doi, H., & Aki, O. (2005). Effects on immune response of antidiabetic ingredients from white-skinned sweet potato (Ipomoea batatas L.). Nutrition, 21(3), 358-362.
  8. Bergman, M., Varshavsky, L., Gottlieb, H. E., & Grossman, S. (2001). The antioxidant activity of aqueous spinach extract: chemical identification of active fractions. Phytochemistry, 58(1), 143-152.
  9. Richi, E. B., Baumer, B., Conrad, B., Darioli, R., Schmid, A., & Keller, U. (2015). Health risks associated with meat consumption: a review of epidemiological studies. Int. J. Vitam. Nutr. Res, 85(1-2), 70-78.
  10. Macpherson, C. N. (2005). Human behaviour and the epidemiology of parasitic zoonoses. International journal for parasitology, 35(11-12), 1319-1331.
  11. Slot, E., Zaaijer, H. L., Molier, M., Van den Hurk, K., Prinsze, F., & Hogema, B. M. (2017). Meat consumption is a major risk factor for hepatitis E virus infection. PLoS One, 12(4).
  12. Chu, D. K., Poon, L. L., Chiu, S. S., Chan, K. H., Ng, E. M., Bauer, I., ... & Peiris, J. M. (2012). Characterization of a novel gyrovirus in human stool and chicken meat. Journal of clinical virology, 55(3), 209-213.
  13. Olaya-Galan, N. N., Corredor-Figueroa, A. P., Guzman-Garzon, T. C., Rios-Hernandez, K. S., Salas-Cardenas, S. P., Patarroyo, M. A., & Gutierrez, M. F. (2017). Bovine leukaemia virus DNA in fresh milk and raw beef for human consumption. Epidemiology & Infection, 145(15), 3125-3130.
  14. Magdelaine, P., Spiess, M. P., & Valceschini, E. (2008). Poultry meat consumption trends in Europe. World's Poultry Science Journal, 64(1), 53-64.
  15. McMichael, A. J., & Bambrick, H. J. (2005). Meat consumption trends and health: casting a wider risk assessment net. Public Health Nutrition, 8(4), 341-343.
  16. Kumar, K. S., Bhowmik, D., Duraivel, S., & Umadevi, M. (2012). Traditional and medicinal uses of banana. Journal of Pharmacognosy and Phytochemistry, 1(3), 51-63.
  17. Lamsal, B. P., & Faubion, J. M. (2009). The beneficial use of cereal and cereal components in probiotic foods. Food Reviews International, 25(2), 103-114.
  18. Haddad, E., Jambazian, P., Karunia, M., Tanzman, J., & Sabaté, J. (2006). A pecan-enriched diet increases ?-tocopherol/cholesterol and decreases thiobarbituric acid reactive substances in plasma of adults. Nutrition research, 26(8), 397-402.
  19. Carr, A. C., & Maggini, S. (2017). Vitamin C and immune function. Nutrients, 9(11), 1211.
  20. Beharka, A., Redican, S., Leka, L., & Meydani, S. N. (1997). [22] Vitamin E status and immune function. In Methods in enzymology (Vol. 282, pp. 247-263). Academic Press.
  21. Rink, L. (2000). Zinc and the immune system. Proceedings of the Nutrition Society, 59(4), 541-552.
  22. Prohaska, J. R., & Failla, M. L. (1993). Copper and immunity. In Nutrition and immunology (pp. 309-332). Springer, Boston, MA.

Comentarios

  • Excelente información.
    Es bueno saber el aporte que podemos encontrar en los diferentes alimentos y si utilidad, principalmente en esta crisis de salud mundial.
    Gracias, lo hago extendible para que más personas estén enteradas de forma verídica y segura.

    Ana Lilia Fernández Estrada en

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